José Manuel Ruiz: «El éxito es el talento más el trabajo»

José Manuel Ruiz Reyes fue abanderado en los Juegos Paralímpicos de Río. Foto: Ayuntamiento de Guadix.

El granadino José Manuel Ruiz; jugador de élite de tenis de mesa, medallista y abanderado del equipo español en las paralimpiadas de Río de Janeiro 2016. Comenzó sus primeros pasos muy joven, en la selección española de tenis de mesa por equipos, con 17 años. En la actualidad ha conseguido un gran número de medallas en campeonatos europeos e internacionales.

¿A qué edad y qué motivos le llevaron a iniciarse en el tenis de mesa?

Empecé a los 13 o 14 años. Siempre estaba  en el polideportivo municipal de Guadix con mis amigos, y practicábamos muchos deportes, como fútbol, baloncesto, balonmano… de todo tipo. Un día, una persona que llevaba allí el tenis de mesa nos animó a practicarlo, y nos apuntamos a un curso de las escuelas municipales. Era el único deporte que, cuando terminaba, estaba deseando que llegase el siguiente día para practicarlo. Ese gusanillo no me lo producía otro deporte.

¿Cuánto tiempo dedicabas a los entrenamientos?

Para los Juegos de Río, un evento importante, las sesiones eran de mañana y tarde. Excepto los miércoles por la tarde, que se descansaba. Las sesiones eran de dos horas y media. Ahora que ya han pasado los Juegos lo compagino con mi profesión, profesor de educación física en un colegio de nueve a dos. Por la tarde voy tres horas y media, y los fines de semana compito en liga.

¿Qué sentiste cuando te clasificaste para las olimpiadas de Atlanta de 1996?

Era un adolescente de 17 años, y fue una invitación de la Federación Internacional. España solicitó a un jugador, que era mi compañero, muy bueno en aquella época, y no había otros jugadores que pudieran jugar con él en equipos, porque solamente se habían clasificado él y el seleccionador. En aquel entonces, él pidió una invitación para ver si la Federación se la podía dar a España, y finalmente apostaron por mí.

¿Qué beneficios te ha dado este deporte?

Muchos beneficios. Pasas tantas horas en los entrenamientos, de viajes, o concentraciones que al final tu circulo de amistad gira entorno a ello. A mi mujer la conocí a través del tenis de mesa, y mi profesión es el deporte. Mi otra faceta es ser maestro. También intento que mis alumnos lo practiquen en el colegio, si tenemos los medios necesarios. A mí me ha enriquecido como persona, por todos los sitios y lugares que he podido conocer y viajar. Está claro que si no hubiera si do por este deporte, no lo hubiera hecho.

¿A quién sueles dedicar tus puntos o victorias?

En los puntos de victorias, y sobre todo también cuando voy a recoger un premio, o cuando fui abanderado en los juegos de Río… Siempre, en los momentos así de especiales, se me vienen una serie de imágenes a la cabeza de la gente que todos estos años ha contribuido a que yo sea el deportista y la persona que soy en la actualidad. Desde los inicios; todos los entrenadores que han pasado por mi carrera deportiva, por supuesto mi familia, mis padres, mis hermanos, mi mujer… Como digo siempre, yo soy el que sube a recoger las medallas, premios y llevo la bandera, pero sin todo el equipo que me forma, José Manuel Ruiz no podría ser. Es decir, sin entrenadores, ni jugadores con los que pueda entrenar cada día. Por supuesto,  la paciencia y estabilidad de mi familia, de mi mujer en este caso, para que pueda compaginar mi vida familiar con la deportiva. Todo ello va en la misma dirección, como las personas que me han apoyado. Es decir, todo va en la misma sintonía siempre, y gracias a ellos puedo hacerlo todo. También, por supuesto, la instituciones y patrocinadores gracias a las cuales económicamente se puede acudir a campeonatos, torneos y prepararse de la mejor forma posible.

¿Cuál es la lección más importante que has aprendido en este deporte?

Que nunca hay un rival fácil; que a veces a priori, ves o crees que tú u otro rival es superior a otro y debe ganar. Pero como pasa en otros deportes, hay veces que hay que demostrarlo en la mesa o en el campo; sobre todo en los Juegos, porque es una competición tan especial y grande. Ocurre sólo cada 4 años, y con todo lo que mueve de repercusión mediática y atención… Esto no lo tienen otros campeonatos ni mundiales; así que muchos jugadores, con la tensión y presión, no rinden. Muchas veces la experiencia de haber vivido los juegos y saber lo que te vas a encontrar es una ventaja.

¿Qué sentiste cuando ganaste el oro en el campeonato de Europa de Alemania?

Lo primero, una alegría inmensa, porque era la primera vez que quedaba campeón de Europa individual. Pero a la vez, sorpresa, porque otras veces había ido más preparado y centrado para otros campeonatos que no gané.  Pero en  esa edición no iba tan preparado, porque en esa época me estaba preparando las oposiciones y no sabía si podía ir porque coincidían las fechas. De hecho, el primer campeonato era de equipos, y me coincidió con un examen de oposiciones, por lo que no pude acudir. Salieron las notas, y vi que no aprobé. Me sacaron el billete rápido, y me fui a jugar el individual. Yo no había estado entrenando exclusivamente, ni centrado en eso las semanas de antes. Sin embargo,  fui relajado, sin nada que perder, y quedé campeón de Europa.

¿Te parece que los medios ofrecen la misma importancia a las Olimpiadas, que a las Paralimpiadas?

Si miramos el número de horas que TVE ha dedicado, los espacios de prensa escrita, o la radio, está claro que no. Pero bueno, lo sabemos, y cada vez hay más seguimiento. Como yo digo, lo que no se enseña o la gente no ve, parece que no existe. Pero gracias a todo el movimiento que hay, la gente nos va conociendo más.

¿Crees que has cumplido tus objetivos, o siempre hay algo más?

Mis objetivos desde Pekín 2008, que había conseguido quedar campeón en el evento de Europa individual y por equipos, y en mundiales en los que también quedé campeón. Mi objetivo, o la única medalla que me falta ganar, es el oro en unos Juegos. Pasó Pekín, pasó Londres y pasó Río, y no lo conseguí. Desde entonces tengo clavada una «espinita». Sé que es muy complicado, porque con el paso de los años hay jugadores nuevos con más ganas y con otras motivaciones. Pero nunca se sabe, yo tengo claro seguir preparándome. Mi próximo objetivo a largo plazo es Tokio, pero a corto plazo tenemos otras competiciones importantes.

¿Qué valores te ha transmitido tu entrenador?

Lo primero es el trabajo, el sacrificio.  Cuando voy a colegios a dar charlas, siempre digo que el éxito es el talento más el trabajo. Es decir, tú puedes tener talento, o que se te dé algo muy bien; pero si no te esfuerzas, no vas a lograr el éxito. Lo primero que mis padres y mis entrenadores me han enseñado es que no se trata solo de lo deportivo; sino que en lo personal, me han inculcado unos valores que han formado una parte muy importante de mi vida. Otra cosa importante es la humildad, el saber tener siempre los pies en el suelo. Porque al final, eres un deportista. Hayas conseguido lo que hayas conseguido, lo primero es que eres persona, y los logros y medallas que consigas son pasajeras. Lo único con lo que se queda la gente es con la persona, con cómo eres. Por ejemplo, yo sigo manteniendo las amistades de la adolescencia, y eso dice mucho sobre cómo es mi forma de ser.

¿Qué consejo le darías a una persona para motivarla a empezar un deporte?

Está claro que el deporte es salud, calidad de vida. Aporta una serie de mejoras en tu organismo a nivel mental y físico, y el poder sociabilizar con otras personas o conocer gente. Da igual que sea a nivel competitivo o no. El caso es practicar deporte, ya sea a nivel amateur, hobby o a nivel profesional. Dependiendo los objetivos que te marques, conseguirás beneficios.

¿Cuál ha sido el partido que recuerdas más difícil o reñido de ganar?

(Resopla) Ha habido muchos. Pero el más complicado fue el último, en el mundial de 2010, cuando quedé campeón. Además, en semifinales me enfrenté con el que quedó campeón en la final de los juegos de Pekín, y en la final con el que quedó subcampeón. Fueron los dos jugadores chinos. Fueron partidos muy duros, con marcadores ajustados. Me quedo con esos dos partidos, porque me dieron un título mundial.

¿Te ha afectado alguna vez este deporte en tu vida personal?

Está claro que cuando lo vives tan de cerca y como yo, forma parte de tu vida. Lo sientes, y quieres hacerlo lo mejor posible. Al final es un deporte de alto nivel, y lo que quieres es ganar. Porque es de lo que vives, de ganar medallas, ya que con ellas consigues becas y patrocinios. Sabes que si no ganas, parte de la aportación económica no llegará.  Es un deporte minoritario, y sabemos la importancia de estos resultados en este tipo de deportes. Nos afecta, pero intentamos que cada vez afecte menos, y aunque sea difícil, seguir hacia adelante.

¿Piensa que el tenis de mesa está en auge?

Tanto el tenis de mesa, como otras federaciones de muchos deportes minoritarios, están en un momento de stand-by. Yo echo en falta una estructura como la que hay en otros países, de promoción del deporte. Al igual que hay un programa de detección de talentos, para fomentar deportes o jugadores que tienen un gran talento y llevarlos a centros de alto rendimiento, o de tecnificación, y que se dediquen así al deporte para conseguir ser buenos deportistas. En España esto no se hace, y en otros países del entorno sí. Lo que hace que estemos por detrás. En España los jugadores salen por iniciativa propia, por generación espontánea. Muchos por tradición familiar, o por ir con amigos a practicar ese deporte. Te gusta, y te apuntas a un club donde destacas por tu cuenta, no porque alguien te capte por tus cualidades, sino por iniciativa propia. Tú o tu entorno. Al final esto se refleja en los resultados, se ve que otros países que tienen una buena estructura van por delante de nosotros.

Otra cosa es la inversión; cuanto más se invierte, más medallas se ganan. Por ejemplo, Brasil no era uno de los países punteros, pero al ser un país anfitrión donde se realizaban los juegos, se invirtió mucho durante esos 4 años. Inglaterra sigue aprovechando la inversión de los Juegos de Londres de 2012. Esperamos que se pongan las pilas todas las administraciones públicas, y las empresas que tienen que apostar por el deporte.

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