Alba Pérez, jugadora del Granada CF femenino.

Alba Pérez: “A quien no apoya el fútbol femenino le digo que antes de opinar nos vea jugar”

Alba Pérez, jugadora del Granada CF femenino.
Alba Pérez, jugadora del Granada CF femenino. Foto: Miguel Alejandro Delgado Rodríguez

El fútbol femenino sigue ganando relevancia en nuestro país y en nuestra ciudad, Granada, donde cada vez es más fácil encontrar un equipo conformado tan solo por chicas en la mayoría de categorías, algo impensable hace muy poco. Alba Pérez, jugadora del Granada Club de Fútbol e internacional con la selección española Sub-19 y Sub-17 con la que se proclamó subcampeona de Europa tras caer ante Alemania en la final, cuenta su experiencia en el mundo del fútbol, desde sus inicios en el Arenas de Armilla masculino hasta hoy, titular en Segunda División en el equipo de su tierra e internacional por España. Una chica que sabe soñar teniendo los pies en la tierra y que a pesar de sus 18 años desprende madurez en cada una de sus palabras.

¿Cuándo decidiste que querías jugar a fútbol?

¿Te la cuento en serio? (risas) Es un poco traumatizante. Cuando llegué de Barcelona hacía gimnasia rítmica pero cuando salía a jugar con mis primos me di cuenta de que me encantaba el fútbol. Un día la entrenadora de gimnasia llamó a mi madre y le dijo que me desapuntara del equipo de fútbol porque cada vez que hacíamos ejercicios con pelotas yo la usaba para jugar a fútbol. Ella me quitó de gimnasia y me apuntó al fútbol en el colegio, pero a mí no me gustaba porque no era serio. Yo quería jugar de verdad, pero mi madre pensaba que era un deporte muy machista y no quería. Un día mi tío apuntó a mis primos al Arenas de Armilla y a mí me apuntó a escondidas. Y así estuve hasta que llegó una carta de la selección a mi casa…

¿Has contado con el apoyo de alguien en especial?

Con mi tío. Creo que la gran mayoría de cosas que he conseguido se las debo a él.

Si hoy una niña decidiera empezar a jugar a fútbol probablemente podría elegir un equipo en el que todas sus compañeras sean mujeres. Sin embargo, hace 5 o 10 años, cuando tú eras esa niña, eso era casi imposible. ¿Cómo es el día a día de una chica en un vestuario lleno de niños?

Pues la verdad que yo me sentía como una más de ellos. Nunca me he sentido discriminada ni diferente por ser una niña. Al principio, el tema de las duchas daba corte estar todos los niños con una niña, pero lo bueno que tiene el fútbol es que al final acabas formando una familia, ya sea con niños o gente mayor que tú… Nunca me he sentido diferente por ser una niña. Me sentí muy mal cuando me fui del club porque los quería como si fuesen mis hermanos.

Y con la afición, ¿era igual?

Sí, también.

En 2014 termina el ciclo de categoría infantil y con el paso a cadete llega la llamada del Granada. Supongo que una no se lo piensa mucho cuando le llega esa oportunidad.

La verdad es que no. Había ido a hacer las pruebas al Maracena, de hecho me habían cogido, pero una semana después me llamó el Granada y ni me lo pensé. Fui directa a la oportunidad de mi vida.

Ese año el primer equipo volvió a descender a Segunda tras un año en la Liga Iberdrola. Pese a ello, la esperanza de volver a lo más alto del fútbol femenino español seguía intacta. ¿Viste opciones reales cuando llegaste de hacerte un hueco algún día en la primera plantilla o era más un sueño?

Sinceramente, cuando llegué era como un sueño porque nunca pensé que con 14 años fuera a tener la oportunidad de jugar con el primer equipo, pero según fue pasando el tiempo veía más cerca la oportunidad porque el Granada es un equipo que cuenta mucho con la cantera.

Y, hablando de sueños, con el Granada empiezan a llegar los títulos, aunque también otros premios. No mucha gente puede presumir de representar a su ciudad o a su Comunidad Autónoma como lo has hecho varias veces, pero menos gente aún sabe lo que es representar a tu país. Cuéntanos cómo fue el momento en el que ves tu nombre en la lista para la Eurocopa sub-17.

Estaba en clase de Filosofía cuando vi que MJ, una mujer que trabajaba antes en el club me escribió diciendo que tenía que hablar conmigo. Yo le dije: “MJ, ahora mismo no he hecho nada malo, a lo mejor otro día puede, pero ahora no. Después cuando salga de clase te llamo”, y justo después empecé a recibir mensajes de enhorabuena con la bandera de España y pensé: “¿Qué dice esta gente?” Entonces fui a Twitter y vi la convocatoria. Cuando vi mi nombre no me lo creía, tuve que salir de clase e irme al cuarto de baño. Ahí empecé a llorar de la emoción y llamé a mi madre para que me recogiera. Fue increíble.

¿Qué se siente al escuchar el himno en toda una final de Europa?

Me encantaría decirte lo que se siente, pero es sencillamente inefable. Con palabras no podría expresarlo. No sé, cuando llamé a mi madre después del partido me dijo que tiene que ser el mismo sentimiento que tienes cuando ves por primera vez a tu hijo, y realmente creo que tiene razón. Es algo parecido porque lo que se siente es algo inmenso, que te da vida. Creo que es inefable de verdad, lo resumiría con esa palabra.

¿Algún consejo que te marcara antes de la final?

Para la final me hicieron un vídeo entre los vecinos, mis amigos y mi familia. Creo que el mejor fue el consejo de mi madre: “vive como si no estuvieses viviendo, sino soñando”, pero el mensaje de mis vecinos diciendo que era la alegría del pueblo o el de mis amigos sintiéndose orgullosos de mí pasara lo que pasara…No me lo esperaba.

Por desgracia, la suerte de los penaltis os privó del título frente a Alemania después hacer un gran torneo y derrotar a selecciones potentes como la holandesa ¿Sigue la espinita clavada o el subcampeonato ya fue un triunfo?.

El subcampeonato fue un triunfo, más por la familia que formamos, pero sí que es verdad que cuando vienes de perder el año anterior contra Alemania en la final, tener ahora la oportunidad de terminar ese asunto pendiente que teníamos con ellas y que te acaben ganando en penaltis, después del campeonato que hicimos fue un palo muy grande, una estaca en el corazón como se suele decir. Pero, para mí, fue un triunfo por la familia que formamos.

Termina la Eurocopa y vuelta a Granada, donde te espera un sitio en la primera plantilla, un equipo para luchar por un ascenso que finalmente no se produce. ¿Cómo definirías la pasada temporada?

Fue un año complicado. Teníamos mucha presión porque sabíamos que tenía que ser el momento ya que si apuestan todo por tí para que asciendas y no lo consigues, al año siguiente puede que no tengas esa oportunidad. Empezando por la gente de fuera, que pueden dejar de confiar en tí. No vas a tener las mismas oportunidades y fue complicado porque hubo circunstancias que nos dejaron fuera del Playoff, pero la gente sigue apoyando al igual que el club y nosotras estamos muy ilusionadas. Esta temporada hay que empezar de nuevo y dejar el anterior atrás. El pasado que se quede ahí y que avance el presente.

Estás en tu primer año de universidad estudiando Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Tiene que ser una locura compaginar la carrera con el deporte y a la vez intentar tener algo de vida social…

Es súper complicado, pero llevo toda la vida haciéndolo. Vida social tengo poca, de hecho, muchas veces mis compañeros quedan para tomar algo o hacer planes y tengo que decirles que no porque entreno o me voy a jugar a Extremadura, por ejemplo, y pasamos allí el fin de semana. El que algo quiere algo le cuesta y lo sacrificaría todo mil veces más con los ojos cerrados por lo que estoy consiguiendo con el fútbol.

Esta temporada parece que va todo de cara, la llamada de la Sub-19 para el Torneo de Exentos, líderes en solitario con un gol en contra solamente y goleando a las rivales. Esto es muy largo, pero cualquiera diría que este es el año del ascenso. ¿Qué rivales ves más fuertes en la lucha?

Ya se empieza a ver claro los equipos que van a estar ahí arriba. Los que veo más fuertes son el Santa Teresa, que acaba de bajar de Primera, el Málaga B, el Cáceres, el Córdoba, el Sporting en casa y el Extremadura quizás. Este año está muy reñido porque al implantar un modelo de liga con dos grupos divididos por localización geográfica para el año que viene ascienden los cuatro primeros y todos luchan por meterse. Pero esos son los que más fuerte veo.

El otro día contabas en otra entrevista algunas anécdotas, pero hubo una con la selección que es bastante buena. ¿Podrías contarla?

Estábamos en el vestuario y mi compañera se metió en la ducha y empezó a echarse champú. Como tenía los ojos cerrados yo empecé a enjabonarla desde arriba y claro, ella ya se desesperaba pensando que todavía no se había aclarado el pelo. Además, escuchaba nuestras risas y cuando se dió cuenta. Desde entonces me dejó de seguir en Instagram (risas).

¿Qué le dirías a alguien que no apoya el fútbol femenino? ¿Y a una chica que quiere empezar a jugar?

Es una pregunta complicada, pero le diría que venga a vernos un partido. Tú le puedes decir lo mismo pero el que algo no ve, algo no cree. Las palabras se las lleva el viento y mucha gente hasta que no ha venido algún día no ha visto lo que realmente somos capaces de hacer. Este año hicimos en la Ciudad Deportiva el partido de presentación y cuando acabamos la gente le decía a Roberto, el míster, o incluso a nosotras mismas cosas como “qué bien jugáis, tengo que venir más a veros” o “¿dónde jugáis? Quiero ir a apoyaros”. Por eso le diría que deje de hablar y venga a ver lo que se pierde. A una chica le diría que si de verdad le gusta que luche porque nunca sabes cuando te va a llegar la oportunidad.

La verdad es que al primer partido fui con unos amigos que vinieron por echar la mañana y ahora vienen siempre. El último partido al que no pude ir, fueron sin mí. Algo estáis haciendo muy bien…

Nosotras tenemos una diferencia muy grande con el fútbol masculino y es que puedes estar seguro de que todas y cada una jugamos porque lo amamos. No te digo que ellos no, pero sí que están más influenciados por los grandes contratos. Creo que es una pasión diferente.

Más de la mitad de los futbolistas de élite renunciarían si tuvieran que pasar por lo que pasáis vosotras.

Claro que lo harían. Mis compañeras salen de trabajar a las ocho y media y cogen el coche y se van a entrenar, yo misma salgo de los seminarios hecha polvo y me voy a entrenar. Hay mucha diferencia. Entre las compañeras comentamos que si no fuera por esa pasión no merecería la pena, porque aquí se apoya mucho al femenino, pero no tanto como al masculino. Ojalá se igualase a nivel de clubes y selección, pero hay mucho camino por recorrer. La diferencia es que jugamos todas por amor y no por dinero.

Por último, ¿cómo ves el panorama del fútbol femenino actualmente?

Ahora está mucho mejor, Gol TV y Bein Sports televisan partidos todas las semanas y eso está haciendo que crezca el interés. Hay que dar las gracias a todos los que como vosotros apoyáis el fútbol femenino y estáis implicados en visibilizarnos. Es difícil decir cosas que cambiaría porque yo lo igualaría todo con el fútbol masculino, pero tenemos que ir poco a poco. Nosotras estamos muy felices de llegar a casa y saber que podemos ver un partido entre el Atleti y el Barça y no tener que estar buscando enlaces. Gran parte de culpa de que eso ocurra es vuestra, por eso creo que debemos agradecer este trabajo que hacéis. Te lo digo de corazón, es muy positivo que me conozcáis vosotros y que la gente me pueda conocer a mí y al equipo me parece increíble.

Vaya, pues muchas gracias, la verdad es que para mí estar aquí entrevistándote es un privilegio, y trataré de seguir dándoos visualización. Ha sido un placer, Alba. Cuando acabe la temporada repetimos con el equipo en Primera.

Muchas gracias e igualmente. Ojalá que sí.

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