Juan Carlos López. Foto: Marta Díaz

Juan Carlos López: “Lo único que necesitan las personas con un TCA es que las entiendan”

Juan Carlos López. Foto: Marta Díaz
Juan Carlos López. Foto: Marta Díaz

Juan Carlos López Pérez es licenciado en Nutrición Humana y Dietética, y estudiante de Psicología.  Ha sido voluntario en ADANER (Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia) desde 2006 y actualmente trabaja en ELCA, la Unidad Multidisciplinar de la Conducta Alimentaria.

Generalmente se asocia un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) con la delgadez extrema, ¿qué hay de cierto en esto?

Que la idea que se tenga sea esa es de un 100%, por así decirlo, es más aquí vienen familias, incluso pacientes, que se sorprenden cuando ven a los chicos y a las chicas que están ingresados. La expresión siempre es la misma ‘oye pero si están bien’. Creo que estaría bien derribar ya la creencia de que un chico o una chica que tiene un TCA tiene que ser extremadamente delgado. Por suerte ya han cambiado un poco los criterios de diagnóstico, desde un punto de vista psicológico sí se están haciendo ciertas variaciones. Por lo que a la pregunta hay que responder que sí se tiene esa concepción, pero que no es real.

Un TCA es considerado como una enfermedad que afecta solo a las mujeres, ¿afecta también a los hombres?

Sí, totalmente, lo que pasa es que todavía está la típica proporción de 10 a 1. Nosotros hemos tenido ingresados chicos en la unidad de día, ahora mismo tenemos a uno, y en ambulatorio la verdad es que tenemos bastantes. En una escuela de padres recuerdo que hice hincapié con el tema de los chicos, porque es algo que no se conoce apenas o que no se tiene en cuenta. Yo siempre lo defino igual, un hombre con un TCA lo pasa igual de mal que una mujer, no hay diferencias a nivel de concepciones, ni a nivel de ideas. En el tema de la recuperación sí que podría haber un poco más de debate, lo que pasa es que es muy particular en cada caso. Pero chicos con este problema sigue habiendo y lo peor es que no lo dicen. Yo creo que éstos son muchísimos, porque es una enfermedad que por cultura y dentro del gran desconocimiento que tenemos, se asocia a las mujeres.

Otra de las creencias más comunes es que un TCA es una “enfermedad de adolescentes” ¿estás de acuerdo con esta afirmación?

Pasa igual que en la primera pregunta, obviamente no estoy de acuerdo, pero es lo que se conoce y de verdad, estamos hartos de intentar explicar cómo funciona esto, pero a la gente o no le interesa, o no quiere entenderlo. Es una enfermedad que se desconoce muchísimo y que tiene demasiados tópicos, yo creo que no hay una enfermedad mental que tenga tantos tópicos. Lo más llamativo que tienen los TCA es que cada vez están afectando a personas más jóvenes. Nosotros hemos tenido chicos con ocho años, chicos con ocho años con unas ideas, con unos pensamientos y sensaciones que puedes tener con 18 años. Obviamente el mayor cupo de edad está entre los 14 y 16 años, debido a que es una etapa de cambios, pero ya te digo, cada vez nos están llegando pacientes más jóvenes. Y también mayores, nosotros tenemos pacientes de 30,40 y 50 años.

¿Todas las personas que padecen un TCA son conscientes de ello?

No, fíjate, nosotros decimos que cuando una persona es consciente de esto ya hemos andado más de la mitad del camino. Cuando te entrevistas por primera vez con los pacientes te dicen ‘me han traído mis padres’. Esto indica que no son conscientes, pero es muy común que no se tenga consciencia de este problema. Nosotros hemos tenido pacientes con 50 años, con una familia y con una normalidad absoluta, que llevaban 30 años con bulimia. El nivel de consciencia es fundamental para la recuperación, pero es complicado. También hay mucha gente que es puramente consciente de lo que tiene, pero no es lo común.

¿Cómo pueden ayudar la familia y los amigos a una persona que padece esta enfermedad?

Pues pueden ayudar mucho, nuestra forma de trabajar es siempre tener consulta con el paciente y luego tenemos 10-15 minutos de reunión con familiares, novios, amigos… En definitiva, con quien pase mucho tiempo con ellos. Hay gente que nos puede ayudar mucho, fíjate si nosotros creemos en ello que hacemos escuela de padres y todas las semanas hay grupos de padres. Ponemos mucho hincapié en esto. Yo siempre lo he dicho, es una enfermedad familiar, porque implica mínimo a la familia con la que convive el paciente. Yo creo que para ayudarlos lo único que hay que hacer es darle un punto de naturalidad, dar cariño y querer ayudar, claro. Y paciencia, la paciencia es el ingrediente estrella de todo el tratamiento.

¿Crees que los nuevos cánones de belleza han influido realmente en el aumento casos de TCA? 

Sí, pero ahora hay dos cánones. Los cánones de ‘fitness’ y luego el canon de la moda, que como nosotros decimos, es punto y aparte. Posiblemente no tenga solución, por más medidas que se hagan. Yo no entiendo porqué a una persona en el trabajo le hacen revisiones médicas y a las modelos no. El otro día lo hablaba con una paciente, me parece muy bien que las modelos denuncien, pero que lo hagan cuando está pasando, no 10 años después. La verdad es que el mundo de la moda está dando pasitos pequeños y lentos para cambiar, pero sigue influyendo.

¿Piensas que la sociedad está concienciada sobre la gravedad de este problema? 

No, para nada. No hay ninguna concienciación de que esto suponga un problema. Yo cuando entré hace ya 10 años me dijeron ‘hay algunos padres que dicen que esto con unas lentejas y un guantazo se soluciona’. Estamos en 2016 y pasa lo mismo, no se ve como un problema, se sigue viendo como un capricho. La verdad es no se pueden imaginar el dolor que suponen este tipo de enfermedades. Lo que queremos es que la gente tenga un poco de sensibilidad con este tema, nosotros con ADANER seguimos dando charlas y vamos a los institutos, y después de ir muchos chicos vienen aquí, así que algo está pasando ¿no? 

Por último, ¿les darías algún consejo a las personas que necesitan ayuda, pero no saben cómo pedirla?

Si, nuestro consejo es que consulten a alguien que sea especialista, porque aquí viene gente que ha ido al clínico a psicólogos y eso es tiempo que se nos ha ido sin poder intervenir. Así que nuestro consejo es que vayan a un sitio especialista, ¿por qué? Porque te van a escuchar y porque te van a entender. Y muchas veces, lo único que necesitan esas personas es que las entiendan. Y este problema por uno mismo no se puede solucionar.

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