La peor crisis humanitaria está en Yemen
Más de seis años de conflicto en el único estado republicano en la península arábiga. La República de Yemen, país vecino de Arabia Saudí y Omán, se ahoga en una guerra olvidada que necesita, inminentemente, llegar a su fin.
“18,8 millones de personas necesitan ayuda urgente; 10,3 millones necesitan comida, agua potable, asistencia sanitaria, saneamiento y protección; 3,3 millones de personas, entre ellas 2,1 millones de niños, están en situación grave de desnutrición”. Así se podría resumir la actual situación de crisis humanitaria en Yemen.
Yemen, igual a infierno
Hemos entrevistado al exministro de Asuntos Exteriores del país, Abu Bakr al-Qirbi, que nos cuenta con tristeza y resignación cómo su país se ha convertido en un infierno. “Yemen está sufriendo la peor hambruna mundial de los últimos 100 años. Este año podrían morir 400.000 niños de hambre”.
En enero de 2015, gran parte de la población yemenita, la mayoría de ellos hutíes, estaban en desacuerdo con la división del país en seis regiones federales. Llegando a tomar por la fuerza el Consejo Presidencial de Sanaa. Capital del país, obligando al presidente y sus ministros renunciar de sus cargos. Momento en el que los líderes hutíes se hacen con el poder absoluto, disolviendo el Parlamento y creando un Comité Revolucionario que pasó a malgobernar el país. Al-Hadi, por entonces Presidente, se ve obligado a refugiarse en Arabia Saudí, instalándose más tarde su gobierno en Adén, antigua capital de sur del país.
Provocó así una división absoluta del territorio en la que “Yemen del Norte es liderado por los hutíes, mientras que Yemen del Sur pasa a ser liderado por los adeptos al presidente. En cuestión de un mes comenzó uno de los peores conflictos del siglo XXI, conflicto que continúa hasta el día de hoy. Una contienda que llevaba tiempo gestándose, concretamente desde la Primavera Árabe de 2011, donde se protagonizó un levantamiento que obligó al por entonces presidente autoritario, Ali Abdullah Saleh (simpatizante hutíe), a ceder el poder a su vicepresidente, Al-Hadi, actual Presidente de la República de Yemen reconocido por la política internacional”.
“El conflicto de Yemen, conflicto que afecta a todos los yemeníes, realmente surge de las fuerzas iraníes y saudíes. Por un lado los hutíes, respaldados por Irán ya que comparten la misma religión chiita, y por otro los ‘gubernamentales’, apoyados por Arabia Saudí y en diversas ocasiones por los EE.UU.“
La causa, lucha de poderes y religión
El trasfondo de tal catástrofe viene dado por una lucha de poderes y religión. Por un lado los adeptos de Al-Hadi, velan porque vuelva a gobernar todo el país y así poder reestablecer la rama sunita del Islam (cuyo profeta es Mahoma); y por otro los hutíes, que velan por instaurar su ideología religiosa chiita en todo el territorio. Entendiendo que su profeta debió de ser Ali, y no Mahoma. Ambas partes buscan mantener su poder e influencia en todo el país. Sunitas contra chiitas.
“Tras el mandato de Donald Trump el país sufrió más aún si cabe, empeorándose dramáticamente la situación. El sábado pasado el nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, junto a su portavoz Ned Price, restablecieron las ayudas humanitarias, destinando 190 millones de dólares a Yemen. Una buena noticia que lamentablemente no es suficiente para que el país se recupere, ya que para ello se necesitan 4 billones de dólares, de los que tan solo llevan recaudados 1,7 billones. Francia y Gran Bretaña también se han unido a la causa, no siendo esto suficiente”.
Generación de niños yemenitas en peligro
Tanto la ONU como el Programa Mundial de Alimentos (PAM) alertan sobre la necesidad de ayuda de carácter urgente. Ayuda que, de no llegar a tiempo, podría significar la desaparición de toda una generación de niños yemenitas. Poniendo en peligro, asimismo, su cultura, haciendo de esta una situación irreversible. La migración por falta de víveres, es un problema añadido en esta zona del cuerno de África que grita suplicando ayuda. Ambos organismos instan con absoluta prioridad la necesidad urgente de que finalice la guerra.
“Desafortunadamente estos mensajes no calan a los combatientes, continuando los conflictos a día de hoy y hundiendo, más aún si cabe, el sur del golfo arábigo. Un ejemplo son los enfrentamientos producidos entre ambos bandos el pasado viernes 12 de marzo en Hodeida, en la costa oeste del país, causando paralelamente un aumento de ataques con drones y misiles balísticos de los hutíes contra Arabia Saudí, en la provincia de Marib”.
“No se trata sólo de mandar ayuda, sino de pedir una firma de paz por parte de los organismos autorizados. No obstante, toda colaboración que se haga por medio de organizaciones no gubernamentales podrá ayudar al menos a uno de esos millares de personas en situaciones precarias o al borde de la muerte”.