Granada: una mirada a sus rincones

Palacio de Carlos V. Foto: Álvaro Barbero
Palacio de Carlos V. Foto: Álvaro Barbero

“Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada”

La ciudad de Granada es un sinfín de rincones, de lugares y de momentos. La ciudad nazarí se fundó hace más de catorce siglos cuando llegaron los árabes a la península. Durante este periodo, nos dejaron maravillas a su paso. Desde la Alhambra y el Albaycín, la Catedral posteriormente y muchos más lugares que hacen soñar a la ciudad.

La Alhambra es una ciudad nazarí formada por diversos palacios y jardines y una fortaleza. Su origen nos habla del siglo XIII y XV cuando la población árabe y más concretamente, la dinastía nazarí levantó una residencia para los sultanes y altos funcionarios. Alhambra en árabe significa “la roja” ya que cuando estaba en construcción, la fortaleza tenía un color rojizo debido a las antorchas.

La Alhambra desde el paseo de los Tristes. Foto: Álvaro Barbero
La Alhambra desde el paseo de los Tristes. Foto: Álvaro Barbero

Para percibir mejor el exterior de La Alhambra, debemos trasladarnos al barrio del Albaycín. Este barrio se sitúa justamente en la colina de enfrente separados por el río Darro formando así un pequeño valle.

Mirador de San Nicolás. Fotos: Álvaro Barbero
Mirador de San Nicolás. Foto: Álvaro Barbero

El Albaycín fue un barrio nazarí construido en la época romana. Sus calles mantienen la esencia árabe y un gran número de callejones, calles o plazas con encanto. El lugar más visitado de este pequeño barrio es el mirador de San Nicolás donde contemplamos unas excelentes vistas del monumento árabe. La mezquita, los espectaculares “cármenes” y sus estrechas calles caracterizan a este paradisíaco lugar.

Mezquita con San Miguel Alto al fondo. Foto: Álvaro Barbero
Mezquita con San Miguel Alto al fondo. Foto: Álvaro Barbero

Y el otro corazón de Granada, la Catedral. La plaza de las Pasiegas abren los ojos ante la atenta  mirada de Alonso Cano, arquitecto de la Catedral de Granada. El Renacimiento y el Barroco se plasman en dicha catedral que desde el siglo XVII, corona Granada.

Fachada de la Catedral de Granada desde la plaza de las Pasiegas. Foto: Álvaro Barbero
Fachada de la Catedral de Granada desde las Pasiegas. Foto: Álvaro Barbero

La plaza Bib Rambla es otro emblema de la ciudad. Muy próxima a la Catedral, dicha plaza sirvió como zona de comercio y actividades de ocio. Los granadinos disfrutan de una amplia plaza que se viste de “gala” en festivos.

Plaza Bib-Rambla. Foto: Álvaro Barbero
Plaza Bib-Rambla. Foto: Álvaro Barbero

A los pies de La Alhambra, un barrio. En su origen, un arrabal judío. Actualmente, uno de los lugares más bellos de la ciudad. Destacado por El Campo del Príncipe, el Realejo es la tranquilidad, el silencio y la unión de culturas.

Campo del Príncipe. Foto: Álvaro Barbero
Campo del Príncipe. Foto: Álvaro Barbero

Patrimonio de la Humanidad, el Generalife era la villa donde los reyes nazaríes descansaban. El palacio fue construido según sus decoraciones en el siglo XIII. El Generalife se convirtió en unos espectaculares jardines los cuales se pueden visitar y disfrutar de la naturaleza.

Vista del Generalife. Foto: Álvaro Barbero
Vista del Generalife. Foto: Álvaro Barbero

San Juan de Dios dejó en Granada un tesoro. La “segunda” catedral de Granada, La Basílica de San Juan de Dios. De arte barroco, construido por el maestro José de Bada en el siglo XVIII. Esta basílica complementada por el Hospital de San Juan de Dios, acoge a los enfermos y a las personas menos favorecidas.

San Juan de Dios
San Juan de Dios. Foto: Álvaro Barbero

 

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