Cuando ‘las mariposas’ son asesinadas

‘Still we rise!’. Foto: Alexa Mazzarello para Unsplash

María Teresa, Patria y Minerva Mirabal, el veinticinco de noviembre de 1960 son asesinadas por el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. ‘Las mariposas’, nombre con el que se denominaba a las tres hermanas, eran unas firmes opositoras a la figura represiva del tirano que dominaba en la República Dominicana. Aunque los hombres de Trujillo trataron de simular un accidente —sus cuerpos se hallaron destrozados en el interior de un Jeep—, lo cierto es que las hermanas Mirabal fueron golpeadas hasta la muerte por un batallón enviado por el dictador. Los rumores, ciertos o no, comentaban que, además de la figura revolucionaria contra el régimen en la que se había convertido, Minerva tuvo la osadía de rechazar a Trujillo —con un bofetón— en un baile organizado solo para conocerla a ella.

Para recordar aquella fecha desafortunada de la muerte de Minerva y sus hermanas, desde 1981 se viene celebrando en Latinoamérica el día contra la violencia de género. No obstante, el crimen contra ‘las mariposas’ no iba a ser obviado por el mundo, en 1999 la ONU se unió a la lucha reivindicativa y declaró el 25 de noviembre el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

En la actualidad, la violencia de género es un problema que se ha extendido de una forma atroz por todo el mundo; según los datos de la ONU, cada diez minutos un hombre mata a una mujer en algún punto de nuestro planeta. Sin ir más lejos, ayer una mujer embarazada fue asesinada de un disparo por su expareja en Vinaròs (Castellón). Sin embargo, este no es el único caso que hemos podido apreciar en los últimos meses; los abusos sexuales en Hollywood o el juicio contra ‘La Manada’, son solo algunos ejemplos que sirven para ilustrar una realidad sobrecogedora.

EL PROCESO PSICOLÓGICO EN LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Muchos investigadores han tratado de buscar una respuesta a este tipo de comportamientos, ya que a pesar de todas las campañas y programas de sensibilización, el número de denuncias y muertes por abusos machistas sigue aumentando de forma considerable. Uno de los investigadores que más aportaciones ha realizado en este estudio ha sido Lenore Walker, una psicóloga estadounidense experta en violencia doméstica contra las mujeres que configuró el denominado ciclo de la violencia. Según esto, existen tres fases. La primera fase es el aumento de la tensión; en esta etapa comienzan a aparecer los primeros casos de violencia verbal por parte del agresor, la víctima cree que estos hechos son casos aislados que se pueden controlar o desaparecerán con el tiempo. En la segunda fase, llamada incidente agudo de agresión, la falta de control se hace palpable y se producen las primeras agresiones físicas. La víctima en este caso comienza a manifestar problemas de salud como ansiedad, insomnio y pérdida de peso. La última fase es conocida como el arrepentimiento y el comportamiento cariñoso, durante esta etapa el agresor se muestra amable y pide perdón por su conducta, dificultando que la víctima pueda llegar a denunciar, ya que ésta piensa que la agresión nunca volverá a repetirse.

Sin embargo, a pesar de todos los estudios, la violencia de género es una de las cuestiones más difíciles de abordar por parte de la ciencia. Tal y como lo describe Esperanza Bosch, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Baleares, “para encontrar una puerta de salida real las soluciones simples no sirven”.

LA PRESENCIA DE LOS MICROMACHISMOS

Uno de los problemas a los que se enfrentan las mujeres a diario son los micromachismos, este término empezó a ser utilizado por el psicólogo Luis Bonino para reseñar un machismo de “baja intensidad” o “cotidiano”. Sin embargo, estos comportamientos están tan arraigados en la sociedad que llegan a ser percibidos como algo normal. En palabras del propio Bonino, “los micromachismos son una maniobra que el hombre utiliza para mantener una posición privilegiada frente a la mujer en la sociedad y son claramente una violencia psicológica”. El sexismo en el lenguaje o la hipersexualización, son algunos de los casos que tienen que soportar las mujeres a lo largo de su vida, es en ese preciso instante cuando la educación juega un papel muy importante como solución. Ayudar a entender a los más jóvenes, tanto a hombres como a mujeres, la gravedad que conlleva este problema es el objetivo principal de muchas instituciones y escuelas de todo el mundo. Como afirma la Directora de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Luiza Carvalho, “la violencia de género es un asunto cultural”.

María Teresa, Patria y Minerva lograron hacer visible un problema que envuelve a toda la sociedad y ante el que no podemos estar ciegos, no se puede permitir por ética, moral y simplemente justicia que exista otro tirano más.

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