Álvaro De Luna: “Echaba de menos Granada”
Las puertas del Teatro Granada 10 se volvieron a abrir el pasado miércoles, 10 de noviembre, para dar lugar al concierto de Álvaro De Luna. Una vez más, consiguieron un sold out en cuestión de horas. 400 personas disfrutaron el show del famoso cantante, antiguo vocalista del grupo Sinsinati.
El espectáculo comenzó a las 20:30h con la exitosa canción ‘Cuando éramos dos’. Pero no hizo falta que empezaran a sonar los primeros acordes para que el público enloqueciera, pues nada más ver a Álvaro solo se escuchaban gritos de emoción.
En el escenario se encontraban dos guitarristas, un batería y De Luna, quién además en ocasiones sumaba ritmo cuando tocaba su propia guitarra, como sucedió con las canciones ‘Mi lugar’ o ‘Quiero’.
Sin embargo, por momentos el ambiente se puso más melancólico. Al sonar la canción ‘Duele’, los espectadores llenaron el Teatro de pequeños destellos de luz al encender la linterna del móvil. Identificándose con el sentimiento que transmite la canción.
Aunque esa no fue la única interacción que los fans tuvieron con De Luna, ya que todo el show estuvo repleto de ellas. Un claro ejemplo fue con la canción ‘Morena’. En su introducción, el artista pidió al público que durante el estribillo realizara un sencillo baile de tres movimientos (tres saltos a la izquierda, media vuelta y tres saltos a la derecha), creando una atmósfera de diversión.
Otra introducción destacable fue la de la canción ‘Gitana de Madrid’, cuando el vocalista dijo “Esta canción es sobre una chica increíble que conocí en Madrid, si estás entre el público, por favor, levanta la mano” y muchas de las fans levantaron la mano como un intento de llamar la atención del cantante.
Dejándose llevar por la emoción, Álvaro bajó junto al público para cantar la última canción y dar cierre al espectáculo. No podía ser otra que ‘Juramento eterno de sal’, el tema que diese fin al concierto, pues es sin duda una de las más escuchadas.
En ese momento, los fans pudieron disfrutar de la cercanía del artista, grabando vídeos junto a él e incluso bailando al mismo ritmo. Una experiencia inolvidable y llena de euforia.
En general, el concierto fue un altibajo de emociones debido a la variedad de sentimientos que transmitían las diferentes canciones. Entre el público se palpaba la ilusión de ver a Álvaro en directo y de una manera tan cercana, pues así es él. Además, también se podía observar en los ojos del artista su propia ilusión de cantar de nuevo en Granada, pues como repitió en varias ocasiones, “no sabéis lo contento que estoy de estar aquí de nuevo, echaba de menos Granada”.