Música fuera de órbita

Festival en Órbita. Carolina Palma
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El nuevo festival, nacido en el centro de Granada, consiguió vender todas sus entradas, incluidas las de taquilla. A pesar del exceso de calor, la puerta de la Plaza de Toros de Granada empezó a llenarse de coronas de flores y camisas hawaianas a partir de la una de la tarde. El festival de música indieEn Órbita, abrió sus puertas a las dos y mientras la gente entraba y se ponía sus pulseras, la música de Éter inauguraba todo un día de grandes artistas.

Tras ellos, los murcianos entraron en escena, Nunatak se plantó en esta fiesta rememorando uno de los grandes grupos del pop español de los años 80-90, Mecano.

Después de comer, los festivaleros viajaron a Honolulú con Carlos Sadness, que hizo cantar y saltar al público al ritmo de su Ukelele. El cantante barcelonés agradeció poder llenar la Plaza de Toros de música por un día.

Por la tarde Ángel Stanich y Full, que volvía a actuar en la Plaza de Toros después de cuatro años, pusieron los cuerpos en órbita con sus canciones. Un monumento a los letristas españoles llegó al escenario, uniendo cada vez a más gente en la plaza. Pero los sevillanos Maga, no llegaron solos, tocaron una de sus canciones con otro veterano del indie nacional, Marc Dorian.

Cuando el sol estaba cayendo y el calor dejaba de ser un problema, el festival comenzó a llenarse de jóvenes y adultos. El motivo era que la banda granadina, que ha marcado a muchas generaciones desde mediados de los 90, salía al escenario. Niños Mutantes celebraba con la ciudad sus veinte años en el mundo de la música, y a pesar de lo que dicen en su canción (Errante), dieron al público lo que querían y más.

Para continuar con el viaje, Izal llevó a toda la gente a las playas de Copacabana. El escenario se llenó de luces, y desde la oscuridad apareció Mikel cantando a coro con el público el himno de la canción que da nombre a su disco y a esta gira. La banda, que ha conseguido pasar del anonimato a la fama nacional e internacional en tan solo cuatro años, hizo saltar a los granadinos con sus asuntos delicados. A pesar de la falta de tiempo hicieron un recorrido por sus tres discos y les hizo perder las maneras con una de las canciones más reconocidas de su primer trabajo, Qué bien.

Cuando el público pensaba que el concierto había terminado, los artistas madrileños trajeron a Granada por primera vez uno de los grandes éxitos de su último disco, El baile, despidiéndose del festival como ellos mejor saben, haciendo bailar a todo el mundo.

Para cerrar esta primera edición del festival, Dorian llevó al público a cualquier otra parte, continuando con su gira 10 años y un día.

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