¿Me caso o no me caso?

Los eventos nupciales han tenido que reinventarse y a pesar de las dificultades se espera que en 2021 se celebren al menos 58.000 bodas.

Miles de parejas que esperan celebrar su enlace este año se enfrentan a la pregunta obligada: ¿Casarse con todas las limitaciones marcadas por la pandemia, aunque no sea la boda soñada, o esperar otro año más?

Más del 90% de las bodas que no se pudieron celebrar en 2020 por las restricciones ocasionadas por el coronavirus, se pospusieron; y el 79% de éstas, las reagendaron para 2021. Entre las parejas mencionadas anteriormente y las que directamente ya habían planeado la celebración para 2021 antes de la pandemia, ha incrementado la demanda y  sector nupcial se encuentra en pleno apogeo. Sobre todo la gente se ha animado mucho al anunciarse el fin del estado de alarma el 9 de mayo, por lo que en los próximos meses se espera que se concentren todas las celebraciones.

“La gente ha vuelto a retomar la ilusión y se han multiplicado las ceremonias de manera exponencial” afirma Enrique Cabrera (responsable de eventos de la empresa Grandes Momentos). Cabrera asegura que ya se han igualado los niveles que había en 2019, pero que sigue habiendo parejas que prefieren esperar a que su boda sea tal y como han soñado toda la vida y están reservando para 2022, e incluso 2023, dónde confían en que podrán celebrarla sin mascarillas ni restricciones.

 “Desde el inicio de la pandemia se han realizado 20.000 bodas seguras y sin incidencias” aseguran desde la APBE.

El presidente de la Asociación de Profesionales y Bodas, Isaac Amselem anima a la gente a seguir con los preparativos. “Desde el comienzo de la pandemia se han realizado más de 20.000 bodas seguras y sin incidencias; sin embargo, se toman de referencia las pocas que no representan, bajo ningún concepto, el total de las celebraciones”.

Opina que se está tratando de manera injusta al sector y que llevan denunciando esta situación desde el año pasado. En septiembre ya habían calculado una cifra aproximada de 130.000 bodas canceladas hasta la fecha, de las 168.000 que estaban estimadas para 2020 en toda España, y menciona que se podrían haber celebrado de manera totalmente segura.

Dentro de la Asociación se culpa de la cancelación de esas ceremonias a los organismos públicos (desde el Gobierno central hasta las Comunidades Autónomas) y creen que también les perjudicó la acusación que el Gobierno hizo al sector de ser un foco de contagio.

Piden una solución y ponen de ejemplo la situación que se vive en la industria de las bodas inglesas: “Esperamos que las circunstancias para este año sean mejores, ya que en Inglaterra existe un plan específico de desescalada para las bodas, por tanto pedimos a los políticos que copien esas leyes, ya que es la forma de salvar al sector».

El sector nupcial tiene una facturación de 6.000 millones de euros al año y da empleo directo a 350.000 personas, y a otras 900.000 de forma indirecta.

En España se celebran al año alrededor de 170.000 bodas, según el INE. Y el presupuesto medio que se suelen gastar los novios es de 20.500€, según un estudio realizado por el portal Bodas.net en colaboración con ESADE y Google. En el mismo análisis se refleja la gran cifra de 1.250.000 puestos de trabajo que mueve el sector, de manera directa e indirecta.

“Hay mucha gente que alimenta a sus familias de esto y llevan más de un año sin facturar” reclama Amselem. En esta industria tienen lugar miles de negocios de distinto ámbito, las parejas españolas en este día suelen contratar de media a 10 proveedores diferentes.

Entre estos profesionales se encuentran camareros, panaderos, floristas, peluqueros, modistas, conductores, “weddings planners”, músicos, fotógrafos… y una larga lista de trabajadores implicados. En España, ya son más de dos millones los salarios que no se han cobrado desde el inicio de la pandemia.

Nina Pérez, consejera delegada de la web Bodas.net, portal dónde se encargan de organizar hasta el más mínimo detalle en estos días tan especiales, también da mucha importancia a esta cuestión: “Muchas de estas empresas son pequeñas o autónomos que no tienen un gran margen y parar el negocio más de dos meses les puede suponer el tener que cerrar, por eso hemos pedido atención al Gobierno sobre este sector”

Este año los enlaces seguirán siendo diferentes dentro de la ‘nueva normalidad’ con mascarilla, sin baile ni barra libre y con pocos invitados.

Con las limitaciones actuales están reducidos los aforos de los lugares de ceremonia, ya sea iglesia o ayuntamiento y los de los lugares del convite. En las mesas de los invitados solo podrán sentarse 4 o 6 dependiendo si se hace en interior o exterior.

Por eso, se está empezando a apostar por celebraciones más íntimas que se conocen con el término ‘micro weddings’ y que rondan los 60-90 invitados cuando antes la media española se aproximaba a los 130.

No hay que olvidarse de que la mascarilla siempre tiene que estar puesta a no ser que se esté comiendo o bebiendo. Otras medidas para que todo sea más seguro, pueden ser la toma de temperatura a la entrada, la distribución de gel hidro alcohólico por todo el espacio, o incluso hay gente que exige a sus invitados un test de antígenos negativo o una PCR.

Además, han prohibido el baile y la barra libre, se debe estar solo en la mesa asignada. Para que los asistentes no se cansen y estén distraídos, ya que tienen que estar hasta 6 horas sentados en el mismo sitio, las parejas y los organizadores están sustituyéndolos por nuevas formas de entretenimiento como bingos, música en directo, espectáculos de humoristas o de magos, entregas de premios al mejor compañero de piso, al amigo más loco, al menos puntual…

Las bodas se han transformado completamente, pero también lo han hecho los viajes de novios. Antes de que llegara la crisis del coronavirus, los novios españoles elegían en el 99% de los casos viajar a otro país para celebrar su luna de miel, pero a día de hoy las limitaciones de movilidad y el cierre de fronteras no les permiten realizar la visita al destino de sus sueños, así que se conforman con conocer pueblos y ciudades dentro de las fronteras españolas como Ibiza y Formentera que están siendo las preferidas.

A pesar de la incertidumbre, los profesionales del mundillo no pierden la esperanza que tienen puesta en la temporada 2021 y animan a todo el mundo a seguir preparando y celebrando sus bodas, porque aunque sea una boda muy distinta a lo que todo el mundo ha soñado alguna vez, seguro que la recordarán siempre como ‘el día más feliz de su vida’.

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