Golpe de Suerte, el tropiezo de Woody Allen con el azar
Woody Allen, sin duda, es un maestro en su propio terreno, especializándose en la comedia neurótica, y su legado en la industria cinematográfica es innegable. Su estilo humorístico distintivo se caracteriza por sumergir a sus personajes en las aguas de la neurosis en medio de situaciones cotidianas, y sus películas son un reflejo de su perspicaz observación de la vida y la intrincada psicología humana, todo ello acompañado de diálogos agudos e instantes de humor irresistible.
Siendo consciente de su maestría, no puedo evitar recordar que hasta los mejores directores no están exentos de tropezar en su camino. En mi caso, la ilusión de ir al cine para ver su quincuagésima película, Golpe de Suerte, resultó en un anticlímax desolador.
Es un película filmada en las calles de París, con diálogos en francés y un reparto enteramente galo. Esto marca su debut en la dirección de una película en otro idioma. La trama combina elementos de comedia con el género criminal, una fórmula a menudo asociada con su estilo, sin embargo, en esta ocasión, la fusión resultó ser de naturaleza heterogénea.
Cuando repaso su amplia filmografía, no puedo evitar asociar esta película con Match Point, principalmente debido a la combinación de elementos románticos y criminales que comparten. No obstante, su película francesa introduce un tercer componente característico de sus obras, la investigación, aunque sin llegar al nivel de comedia que caracterizó a la divertida Misterioso Asesinato en Manhattan.
La trama de la película incluyendo los elementos de investigación, puede evocar a Hitchcock en algunos momentos, pero peca por su falta de trabajo en la historia, especialmente en lo que respecta a la comedia. El equilibrio entre estos géneros no llega a funcionar de manera efectiva en ningún momento.
A lo largo de la película, lo que predominó en mí fue una sensación de pereza, especialmente en cuanto a la puesta en escena y la banda sonora. A pesar de mi amor por el jazz, en ningún momento logró encajar de manera efectiva en la película, llegando incluso a parecer repetitiva en su ejecución.
Se trata de un director que se caracteriza por su estilo de rodaje minimalista, y aunque esta característica es evidente en toda su filmografía, en la mayoría de los casos ha conseguido obtener buenos resultados, a diferencia de lo que sucede en esta ocasión.
Sin embargo, no todo en esta película es desfavorable, por lo que me gustaría destacar sus aspectos positivos. En primer lugar, la fotografía se presenta como uno de los puntos más destacados de la cinta. Además, la película muestra un entendimiento y respeto por la inteligencia del espectador, empleando la sutileza y dejando numerosos elementos sin mostrar de forma explícita. No obstante, como mencioné previamente, el principal inconveniente radica en su torpe transición entre la comedia y el drama, sin conseguir el toque de humor necesario.
Regresando a su filmografía, como señalé antes, la primera película que viene a la mente al ver esta es Match Point. La distinción radica en que Golpe de Suerte presenta un tono más ligero y no carga con la misma profundidad dramática.
Una vez más, Allen recurre al tema del azar, especialmente en el contexto de las relaciones humanas, poniendo de manifiesto cómo todos, en cualquier momento de la vida, somos susceptibles a las eventualidades que pueden traernos tanto fortuna como infortunio.
La forma en que está abordada en la película, presenta giros que, a mi parecer, carecen de sorpresa, llegando a percibir también cierta pereza en la ejecución. Si esta fuese su última obra, considero que su despedida resulta agridulce.