Misterio en Venecia, un misterio que desafía creencias

No tenía en mente la idea de acudir al cine para presenciar la tercera entrega de Kenneth Branagh en el papel de Hercule Poirot. Esto se debe, en gran parte, a que la primera película no logró cautivarme, y tras analizar las críticas de la segunda, llegué a la conclusión de que no era razonable invertir mi dinero en la elección de una butaca.

No obstante, tras percatarme de las notables críticas que estaba cosechando la tercera entrega, decidí experimentarla en la gran pantalla. Era consciente de que, en caso de no gustarme, el desembolso de 4.90 y la oportunidad de disfrutarla en su versión original no resultarían una experiencia dolorosa.

La película Misterio en Venecia, bajo la dirección y protagonismo de Kenneth Branagh, representa su tercera incursión en el icónico rol del detective Hercule Poirot. La historia se desenvuelve en la Venecia de la posguerra, donde encontramos al detective retirado viviendo su exilio.

En esta tercera entrega de la saga, Poirot se ve reluctante al ser arrastrado a una sesión de espiritismo, pero cuando uno de los presentes es asesinado, el detective resurge con su distintiva brillantez para desentrañar la identidad del culpable.

Dentro del vasto repertorio de historias de Agatha Christie, Las Manzanas se destaca como una de las menos adaptadas al cine. La primera incursión en la pantalla tuvo lugar en una versión televisiva, y en este año 2023, la historia hace su debut en la gran pantalla. Las dos películas previas, Asesinato en el Orient Express y Muerte en el Nilo, son misterios de asesinato que se sitúan en un nivel intermedio en términos de calidad. Las tres cintas comparten elementos que pueden atraer a una amplia gama de espectadores, pero el nivel de disfrute dependerá en última instancia de las preferencias individuales de cada cinéfilo.

En este nuevo capítulo, la película se esmera en sobresalir al incorporar elementos del género de terror. La única nota destacada en esta trilogía reside en la interpretación del personaje principal a cargo de Branagh, quien encarna a Poirot con notable competencia.

Aunque no logra despertar en mí un anhelo ferviente por más entregas con él en el papel del célebre detective, resulta agradable de contemplar gracias a su carisma, que se erige como la principal razón para disfrutar de esta película.

Otro aspecto que merece ser destacado, al igual que en las dos entregas precedentes, es el elenco actoral. Entre los integrantes de este elenco se encuentra Michelle Yeoh, quien brinda una interpretación correcta, destacándose particularmente en la escena de la sesión de espiritismo. Se aprecia que su experiencia previa en Todo a la vez en todas partes, donde se vio desafiada a proferir gritos y realizar giros constantes, le ha servido de base.

Asimismo, encontramos a Tina Fey en un papel que se aleja de su especialidad en la comedia. Aquí la vemos encarnar a una autora que vislumbra la oportunidad de escribir una novela basada en los sucesos acontecidos durante la sesión de espiritismo.

A pesar del intento de infundir elementos de terror, a medida que avanza la película, estos elementos van perdiendo su impacto. Los esfuerzos por crear momentos de susto repentino no logran alcanzar la intensidad deseada.

No obstante, antes de recurrir a estos recursos, la trama logra tejer una tensión palpable al emplear una variedad de planos holandeses, evocando en algunos momentos la atmósfera reminiscente de El Tercer Hombre de Carol Reed. Estos planos se revelan efectivos en el contexto de esta cinta.

Desde mi punto de vista, este tipo de producciones cinematográficas poseen ciertos atributos que valoro, ya que tengo un interés particular por las tramas de misterio, sobre todo cuando incorporan elementos de terror, como mencioné previamente.

Lo que resulta especialmente intrigante es observar cómo el detective cuestiona sus propias creencias y se debate entre la posibilidad de que el crimen siga un patrón convencional o si los aspectos espirituales desempeñan un papel fundamental en él. En esta tercera entrega, la película se centra más en el desarrollo del personaje de Poirot y logra mejorar los aspectos vinculados al misterio, aunque se vuelve algo predecible.

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