Spider-Man: Cruzando el multiverso, visualmente deslumbrante como la primera

Spider-Man: Un nuevo universo se estrenó en 2018 , la primera entrega de una nueva trilogía de Spider-Man. Esta película adapta al personaje de Miles Morales del universo Ultimate de Marvel, y destaca por su innovadora mezcla de distintos estilos de animación para cada personaje que aparece en pantalla.

Bebe de diversas fuentes de inspiración, como la animación clásica, los cómics, los videojuegos y la estética digital 3D de última generación. Los protagonistas de la película son quienes llevan la acción a sus espaldas, y la historia de origen del nuevo hombre araña en un universo continuo la convierte en la mejor película de animación de superhéroes, que ha trascendido en los años posteriores.

El guion de la primera entrega fue escrito por Phil Lord, quien también fue coguionista junto a Rodney Rothman. Además, Rothman codirigió la película junto a Peter Ramsey y Bob Persichetti. Esta primera entrega presentó a Miles Morales y, como se mencionó anteriormente, demostró a través de la animación ser un producto de calidad y un nuevo enfoque para llevar las películas de superhéroes a la pantalla grande. La mayoría de los críticos elogian su narrativa inteligente, aunque señalo que a nivel de historia, los guionistas parecen no estar del todo convencidos o comprenderla adecuadamente.

Para esta segunda entrega, Phil Lord junto a Christopher Miller se involucraron aún más, coescribiendo el guion junto a Dave Callaham. Sin embargo, en términos de dirección, no repitieron el equipo de la primera película. En su lugar, contamos con tres nuevos directores: Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin Thompson. Dos Santos tiene experiencia en la dirección de películas animadas de DC, Powers es conocido por ser el codirector de Soul, y Thompson es un profesional experimentado en el campo de la animación.

Por lo tanto, gran parte de la autoría de esta película recae en Lord y Miller, quienes nacieron en 1975. Lord es originario de Miami, mientras que Miller proviene de Washington. Ambos han sido responsables de proyectos como Lluvia de Albóndigas, Infiltrados en Clase y La LEGO película, y han estado involucrados en producciones que buscan llevar la animación a nuevas fronteras estéticas, combinando humor y una imaginación deslumbrante. Son dos individuos dotados de una creatividad implacable y demuestran ser eficientes en la evolución del lenguaje cinematográfico, especialmente en el ámbito de la animación.

En la película, se hace mención a un momento en el que se enfrentan al algoritmo. Esto significa que es una película que se opone al dominio del algoritmo, no solo en la vida de las personas, sino también en la forma en que se construyen las películas, especialmente en el género de superhéroes. La nueva entrega de Miles Morales tiene como objetivo romper con esa repetición y lo logra al mostrar una variedad de estilos estéticos. En una sola toma, se pueden apreciar más de 20 texturas de animación distintas. En algunos momentos, la imagen en la pantalla parece sacada de un videojuego o de una serie animada de los años 70, entre otros estilos.

En esta película, el Spiderverse vuelve a ser abordado, al igual que en la primera entrega, pero en esta ocasión llevado al extremo. Lo fascinante es explorar ese universo infinito y descubrir cuántos Spider-Man existen en él. La cinta juega constantemente con cameos. Sin embargo, el verdadero valor de la película radica en sus personajes, más que en la trama de Miles Morales, que se desplaza y se sumerge de lleno en lo multiversal.

En esta historia, se presenta un nivel de complejidad que no llega a ser sorprendente, ya que sabemos, tanto por los cómics como por películas anteriores, que Spider-Man es un personaje con una vida llena de tragedia y dramatismo. Se le otorga una dimensión dramática profunda, que en la historia del cómic se podría comparar con personajes como Lobezno o Daredevil.

Si comparamos el multiverso de Doctor Strange en el multiverso de la locura con el de esta película, el Universo Cinematográfico de Marvel se queda en un juego infantil en comparación con la cinta de Sony. Aquí se percibe que no hay límites. El nivel de complejidad visual es equivalente a la infinidad de Spider-Man provenientes de diferentes mundos que aparecen en pantalla.

Al igual que Los Mitchell contra las máquinas, esta película también cuenta con el mismo estilo de animación, pero va revelando detalles de forma continua. Es una cinta que te obliga a verla más de tres veces para seguir descubriendo cosas, y en esta segunda entrega de Miles Morales, es probable que haya que verla más de diez veces. Al final, el espectador está totalmente concentrado en seguir la acción, que es precisamente lo que busca la película.

La cinta está sólidamente construida y transmite una sensación de libertad y anarquía al enfrentarse al algoritmo, lo cual resulta beneficioso y divertido de presenciar. Sin embargo, el peso dramático a veces opaca el contenido y eclipsa lo que realmente requería la historia. En ciertos momentos, lo que se muestra en pantalla puede resultar abrumador.

Entonces, este proyecto es abrumador, y cabe mencionar que pronto habrá una tercera parte que se estrenará en menos de un año. Mientras el espectador se sumerge en las imágenes y en un torbellino constante de ideas, adopta un papel pasivo. Esto hace que la película sea expansiva en lugar de concéntrica. Si bien destaca por su estilo de animación, al igual que la primera entrega, la historia no es su punto fuerte.

Esta película se presenta de esta manera debido a su conexión con los tiempos en los que vivimos y a las experiencias que presenciamos. Utiliza una metodología que se basa en las imágenes que nos bombardean diariamente, ya sea a través de series o redes sociales. Este enfoque hace que las imágenes tengan un peso reducido y, en cambio, la película busca dar sentido a la historia que quiere contar.

Refleja la sociedad actual, que vive a un ritmo acelerado debido a las redes sociales y nuestra forma de comunicarnos. Todo se consume rápidamente, pero también se olvida rápidamente. La secuela busca romper con esta dinámica al analizar, desde un segundo plano, la vida de cada individuo y la forma en que la vive. Se sumerge en una saturación de información para intentar descifrar qué es realmente importante en medio de todo.

 

 

 

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