The Beatles: Get Back, una mirada apasionante y envolvente

En primer lugar, quiero agradecer a Peter Jackson por brindarnos la oportunidad de disfrutar de este extenso documental desde la comodidad de nuestros hogares. Si tuviera que describirlo en tres palabras, serían: emocionante, excitante y conmovedor. Además, tiene su gracia, ya que gran parte de esta historia ya es conocida. Este proyecto se centra en la creación del nuevo álbum de la banda, cuya obra se desarrolla en un estudio cinematográfico y es grabada las 24 horas del día.

La idea original del documental estrenado en 1970 salió algo perjudicada, ya que mostraba la parte más desgarradora de la banda. Fue dirigido por el cineasta Michael Lindsay-Hogg. Sin embargo, a pesar de las dificultades, este proyecto dio lugar a uno de los discos más destacados en la historia del pop y el rock: Let It Be. Este álbum se considera uno de los mejores en su género.

Existen varios documentales adicionales del grupo que utilizan grabaciones del mencionado documental. Sin embargo, lo que Peter Jackson ofrece es más de ocho horas de una perspectiva privilegiada para el espectador. Se puede ver, paso a paso, cómo The Beatles creaban sus canciones.

Una evolución mas allá de la música

Michael Lindsay-Hogg, un realizador vinculado al pop y rock británico, fue el encargado de realizar las grabaciones con la banda. Antes de trabajar con The Beatles, había colaborado con The Rolling Stones, lo que despertó el interés de la banda británica en él como director.

Por otro lado, está Peter Jackson, mencionado anteriormente. El director neozelandés comenzó su carrera en el género gore, pero luego se estableció como un reconocido cineasta a nivel mundial gracias a su aclamada adaptación de El Señor de los Anillos.

Por último, la banda también cuenta con largometrajes que se alejan del mundo del documental, como «¡Qué noche la de aquel día!», «Help!» y «Yellow Submarine». Estas películas extravagantes reflejan el estilo de la banda, que logró cambiar el mundo en un período de ocho años, de 1962 a 1970. No solo revolucionaron la música, sino que también transformaron la cultura y la historia del siglo XX.

Bestialidad audiovisual

Si se comparan los documentales anteriores con este, se puede decir que hasta ahora solo se había mostrado una pequeña parte de la grabación original. La idea inicial de Peter Jackson era crear una película de dos horas y media que se estrenara en el 60 aniversario del lanzamiento de «Let It Be».

En el camino, la pandemia interrumpió el proceso y el director aprovechó el tiempo para revisar más de 60 horas de grabaciones, además de más de 150 horas de material de sonido. Comenzó a trabajar en la remasterización y digitalización de las imágenes. El resultado final ha sido una estructura similar a la de El Señor de los Anillos, dividiendo el documental en tres partes.

Una de las razones que hacen que este proyecto sea apasionante y cautivador es la oportunidad de presenciar el proceso de creación de históricos éxitos musicales. Es emocionante ver a Paul McCartney tocando el bajo mientras interpreta «Get Back», a John Lennon tocando «On The Road to Marrakesh» o a McCartney tocando el piano por primera vez «Let It Be».

Es impresionante poder presenciar eso, ya seas fan de la banda o no. Sin duda, es un trabajo empírico, ya que implica horas y horas de ensayos. En muchos momentos, no hay una narrativa estructurada, solo la experiencia de presenciar a cuatro personas tocando instrumentos. Desde la perspectiva de un documental, se aleja de los códigos convencionales de seguir una trama. Es simplemente la observación, como espectador, de cuatro músicos talentosos.

Toques de Gran Hermano

Tiene detalles que evocan a los reality shows, algo que hoy en día domina la televisión pública (desafortunadamente), pero la banda estaba adelantada a su tiempo en treinta años. Se trata precisamente de eso, un grupo encerrado en un estudio de cine, mientras trabajan, se quejan, se estresan, etc. Esa combinación, junto con las discusiones entre los miembros, sigue claramente las pautas del formato de un reality show.

Sin embargo, el documental en sí ofrece una gran cantidad de momentos memorables. Hay una escena en la que Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr hablan sobre la pareja de John Lennon. Es una situación que se da tanto en estos programas como en nuestra vida cotidiana. Cuando alguien en tu grupo de amigos tiene una pareja problemática, todos se reúnen para discutir cómo esa pareja no funciona. Es un momento tan humano y reconocible que desarma al espectador, quien puede identificarse con esas situaciones.

En la obra se refleja claramente la personalidad de cada uno de ellos. McCartney emerge como el líder que establece las directrices, Lennon aporta su genialidad para darle el toque especial a las canciones, Harrison se muestra más reservado en el grupo, mientras que Ringo es el compañero que todos desearían tener. Observar cómo el baterista mantiene una actitud positiva a pesar de la gradual desunión de la banda lo convierte en alguien muy querido en un grupo de amigos.

El ambiente de tormento que se muestra en el plató cambia por completo cuando la banda se traslada a sus oficinas en Apple. Cuando terminan de tocar las canciones, se puede sentir una gran alegría que crea un equilibrio a lo largo del documental.

Gracias Peter Jackson

Puede resultar difícil de digerir, especialmente para aquellos que no son fanáticos de la banda. Sin embargo, en general, como documento histórico y por el trabajo inverosímil realizado por Peter Jackson, es notable. El montaje, que incluye el uso de imágenes visuales mientras se escuchan diálogos sin ver a los protagonistas, hace que sea un documental recomendable. Es uno de los mejores del año en todos los aspectos audiovisuales.

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