The Matrix 4: carece de la magia de la primera entrega
Matrix, la cinta de 1999 es fundamental como representación de la ciencia ficción contemporánea. Un proyecto que ha marcado varias generaciones por ser visionaria e innovadora. Esta saga también se ha sumado a la tendencia, al igual que muchas otras, de hacer reebots, secuelas, spin-off, etc.
Orar a la cinta original
En esta nueva entrega se juega con una ejecución atolondrada. Al mismo tiempo que se ve en pantalla al nuevo reparto, se proyecta metraje de la cinta original. Esa vinculación, entre una peli y la otra, lo hace para alzar a la peli original, pero en este caso, elevado al cubo.
Conforme avanza la trama se muestra flashbacks y pequeñas secuencias de la Matrix de 1999. Una apuesta arriesgada porque se puede dar el caso en centrarse mas en poner en un altar a la cinta original que en el desarrollo de la nueva trama. Sin embargo, se logra que funcione.
No es de extrañar que hayan hecho esto porque la saga juega con las simbologías. Se aproxima a una adoración de una peli a otra. Es sin duda, un uso de un mecanismo singular, por tal de darle forma a la cuarta entrega y la vez llegar a entender el sentido de haber tomado esa decisión.
De regreso solo una Wachowski
La cinta está dirigida por Lana Wachowski. Es su primera vez sin contar con su hermana Lilly Wachowski. La trayectoria de ambas se puede definir como rara. Su primer largometraje fue Lazos Ardientes a lo que le siguió la saga de The Matrix.
Tras eso, sus siguientes proyectos fueron desaprobados por gran parte de la crítica. Entre ellos están Speed Racer, El Atlas de las Nubes y El Destino de Júpiter. Son cintas que no son perfectas, pero que si logran ser entretenidas y a su vez amenas. En general, es una carrera que se puede considerar decepcionante, también a nivel de taquilla.
En este regreso detrás de las cámaras, la directora sigue los mismos códigos de la Hollywood moderna. Un detalle a destacar de la cinta, es que esta misma es consciente de porque ha salido a la luz. Hay un momento de la peli en la que se habla de que esta nueva entrega se tuvo que hacer casi por obligación.
Junto a eso, existe una intención de que esta nueva entrega no sea simplemente una más. Se intenta que funcione por sí misma. Eso se refleja en el desarrollo de la historia, sobre todo en la primera mitad, que cuentan lo que sucedió tras casi 20 años. El planteamiento es virtuoso para que le funcione al espectador contemporáneo, evocando, al mismo tiempo, al pasado de la saga.
Su punto fuerte no es la acción
A diferencia de la segunda y tercera entrega, esta se ha centrado más en la historia de amor de Neo y Trinity. El propulsor de la trama es el afecto entre ellos dos. A pesar de no tener la magia de la cinta original, se disfruta y la vez es enmarañada. Hay momentos que logra progresar, pero no específicamente en la acción.
La primera peli es revolucionaria, en la que se junta el mundo de los efectos especiales con el drama. En la actualidad, muchas cintas abusan de esos efectos. La directora, sin embargo, propone otro tipo de acción a la original por no repetirse. El caso, es que la acción deja que desear, por lo que no es su punto fuerte.
Es extraño en una peli de acción. Además de esto, hay otras escenas de acción que se asimila a la saga original. A pesar de ello, en esta se queda atrás y no la logra evolucionar, encima con los avances que hay hoy en día en el cine. Al final la cosa se queda en que la cuarta peli funciona en base a la nostalgia.
Puntos a favor es la reconfiguración de este nuevo mundo, a pesar de lo sucedido en la trilogía. Junto a los personajes y el planteamiento la peli llega a ser interesante. El intento de alzar la primera entrega fue la apuesta más arriesgada. No porque sea difícil, si no porque The Matrix supo alzarse por sí misma.
En general es una cinta indeterminada. Para los fanáticos de la saga llegarán a disfrutar parte de la peli. Sin embargo, no hubo el potencial necesario para conseguir nuevos fanáticos, debido a centrarse por momentos por elevar a la cinta original en vez de profundizar en los planteamientos iniciales.