Transformers: El despertar de las bestias, una historia gastada
Transformers: El despertar de las bestias está dirigida por Steven Caple Jr. y se desarrolla en la década de los 90 en Brooklyn. La trama sigue la historia de Noah, un joven residente del distrito y Elena, una investigadora de artefactos. Ambos se ven involucrados en un conflicto en el que Optimus Prime y los Autobots se enfrentan a un nuevo y despiadado enemigo decidido a destruirlos.
La película se basa en la serie de televisión de 1996, Beast Wars, que aprovechó el hito que experimentaba el mundo de la animación. En aquel entonces, la animación por computadora estaba en pleno auge y películas como Toy Story demostraron su potencial innovaccion. Aunque hoy en día pueda parecer rudimentaria en comparación, la serie de Transformers mencionada supo aprovechar ese avance.
Durante años, los fanáticos han esperado ansiosos el momento en que la saga de Transformers incorporara elementos de Beast Wars. Finalmente, con esta nueva entrega, ese momento ha llegado. Sin embargo, aunque los Maximals hacen acto de presencia en la película, su participación no es tan destacada como se esperaba. Los elementos característicos que conformaban la serie original se encuentran reducidos en esta entrega. Es una lástima, ya que la trama de Beast Wars es atrayente y habría sido una buena oportunidad para adaptarla en una película de manera efectiva.
No obstante, al igual que en todas las entregas de la saga, se continúa siguiendo la historia de humanos que se encuentran con los robots. Esta ha sido una crítica recurrente hacia la franquicia, ya que a menudo se ha argumentado que hay un exceso de personajes humanos en detrimento de una mayor presencia de los propios robots.
El personaje de Noah, interpretado por Anthony Ramos, es presentado de manera adecuada en la película. Se muestra su difícil situación económica, la lucha por encontrar trabajo, su vida junto a su madre soltera y la enfermedad de su hermano. El objetivo es generar empatía inmediata hacia él y estar de su lado, pero desafortunadamente no logra captar el interés en su búsqueda por mejorar su situación. Aunque se comprende lo que está pasando, no me involucro emocionalmente en sus esfuerzos ni me importa realmente que tenga éxito en sus propósitos.
Durante las primeras secuencias ambientadas en Brooklyn, se logra la recreación de la década de los 90. El cuidado puesto en los detalles es evidente, y esto se extiende también a la elección de la banda sonora, que acompaña de manera efectiva esta sensación de nostalgia y contribuye en gran medida. La música actúa como un poderoso recordatorio de la importancia que tiene en transportarte a un ambiente específico y evocar los recuerdos asociados a esas canciones, sumergiéndote en la atmósfera de esa década.
El actor Dean Scott Vazquez, quien interpreta al hermano de Noah, realiza un buen trabajo en la película. Sin embargo, su actuación no deja una impresión duradera, a diferencia de lo que logró Roman Griffin Davis en Jojo Rabbit. Incluso llegas a desear que su personaje tenga menos tiempo en pantalla, a pesar de su limitada aparición. Fue acertado no darle mayor protagonismo, ya que una historia centrada en la relación entre hermanos no habría sido tan interesante como otras tramas desarrolladas en la película.
La película resulta entretenida y es difícil no disfrutar de las peleas entre los robots. Está habilidosamente dirigida por el realizador, que ha trabajado en producciones de gran presupuesto, como Creed 2. Las escenas de acción son divertidas y los efectos especiales están impecablemente realizados.
En cuanto a los personajes humanos, como se mencionó anteriormente, ninguno logra generar gran preocupación. ¿Dónde se ubica esta nueva entrega en comparación con las anteriores de la saga? Sin duda, supera a la segunda, cuarta, quinta e incluso a la tercera entrega. Si eres fanático de Transformers, es posible que logres disfrutarla, pero sin expectativas de encontrar una visión renovadora para la franquicia. A estas alturas, no se puede esperar mucho más de una saga como esta.