El turismo irrespetuoso en campos de concentración

Mirar Facebook, abrir Instagram, dar un me gusta, compartir una publicación, subir una fotografía, comentar un post… Podría decir con seguridad que prácticamente todas las personas que van a leer este artículo hacen esto diariamente. De hecho, estáis leyendo a la primera persona que no dura ni un minuto sin publicar una o mil fotografías de un nuevo viaje en sus redes sociales. Parece ser que en la era de Internet, donde tan solo una delgada línea separa lo ético de lo inmoral, todo vale. Pero el postureo ha llegado a faltar el respeto y a herir la sensibilidad de algunas personas, por culpa de aquellos que buscan me gustas posando en campos de concentración y exterminación nazis.

Pese a conocer la historia y saber todo lo que este fenómeno supuso, todavía hay gente que visita campos de concentración y lugares de índole similar como si estuvieran dando un paseo por la Torre Eiffel o posando junto a la Torre Pisa. No digo que no sea probable que sea desconocimiento e inconsciencia y no maldad. Quizás, no deberíamos dar por hecho que todo el mundo conoce la historia; pero me resulta igual de macabro pensar que hoy en día pueda haber turistas en Auschwitz, Mauthausen o Chelmno sin tener idea de lo que supone y significa realmente el sitio en el que están.

 

El museo de Auschwitz reprende a los visitantes

 

La pasada primavera, el Memorial de Auschwitz, -museo y monumento del antiguo campo de concentración de Polonia-, publicó un tweet mostrando su descontento por la situación: “Cuando vayas a Auschwitz recuerda que estás en un sitio donde un millón de personas fueron asesinadas. Respeta su memoria. Hay mejores lugares para aprender a caminar sobre una viga que en un lugar que simboliza la deportación de cientos de miles de personas».

Campos de concentración
Twitter oficial del Memorial de Berlín al Holocausto.

 

Muchas personas compartieron y comentaron esta publicación pidiendo que se dejase de compartir fotografías en lugares tan sensibles como este. Pero antes de este tweet, en 2017, ya hubo una persona que comenzó a denunciar públicamente estos hechos de una forma tan original como impactante.

Shahak Shapira es un artista, músico y comediante de origen israelí, que actualmente vive en Berlín. Es el autor de la página web Yolocaust, un proyecto cuya finalidad es denunciar los selfies y fotografías “divertidas” en el Memorial del Holocausto de Berlín. Shahak Shapira realizó un montaje con varias fotos de personas sacadas en este lugar y transformó los fondos en escenas reales del Holocausto.

Este trabajo, que se viralizó en cuestión de horas en redes sociales, desató diversas opiniones y dio lugar a controversia. Algunas de las personas que aparecían en esas fotografías se pusieron en contacto con Shahak y le pidieron arrepentidos que retirase sus fotos. Al final, Shahak Shapira terminó cerrando la web. Hizo saber que lo hizo gustosamente, pensó que lo importante es que los autores de esas fotografías habían tomado consciencia y habían pedido disculpas, por lo que consiguió lograr su objetivo.

Fue toda una reprimenda que sirvió como toma de consciencia para saber lo que no se debe hacer cuando decidimos visitar un lugar simbólico. Al final, siempre será un lugar donde se humilló, se fusiló y se asesinó en masa a más de seis millones de judíos, homosexuales, gitanos, discapacitados… Un lugar donde lo que menos apetece es posar para un foto.

La huella que ha dejado esta etapa de nuestra historia es imborrable. Algo que nunca deberíamos pasar por alto, ni olvidar el tremendo horror que cada uno de esos monumentos representan.

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